Tras meses de asedio, la ciudad se rindió al general José López Domínguez. Para entonces la República ya estaba herida de muerte
Un terremoto de 7.0 grados en la escala de Richter devastó la capital, Puerto Príncipe, y buena parte del país.
Al día siguiente un grupo de campesinos anarquistas rodearon el cuartel de la Guardia Civil de Casas Viejas hiriendo a dos ocupantes.